Frida...

Hace algunas noches me puse a ver la película de Frida, donde Salma Hayek interpreta a esta compleja pintora mexicana y aunque muchos dirán que fue una actuación mediocre, critiquen el hecho de que la película está en inglés y, como el señor que me vendió un libro de análisis de las pinturas de Frida Kahlo, digan que Frida no fue nadie sin Diego Rivera, yo quedé profundamente conmovida. Ya había visto la película hace algunos años, pero cuando vi la película por primera vez aun no experimentaba todos esos sentimientos de dolor, decepción, frustación, miedo y soledad con los que pude identificarme totalmente a lo largo de la cinta. Lloré como una Magdalena, lloré como hace mucho no lloraba... de pronto lloraba y lloraba y ya ni miraba la película... Me sentí aludida en cada escena, en cada diálogo, en cada momento... Y no porque me piense la Frida Kahlo de esta década, sino porque pienso que dentro de cada una de nosotras existe una Frida con toda su dualidad, luchando por ser amada, luchando por ser más fuerte, por expresar sus emociones de la manera que mejor conoce. Porque después de ver una película como esa, sea o no sea cercana a la realidad, tienes dos opciones, deprimirte o absorber toda la fuerza de su última línea: "Doctorcito, si me deja echarme este tequila, le prometo no tomar en mi funeral"... ¡Viva la vida!

Para hoy:

Cine: "Frida", la de Salma o la que quieran...
Libro: "Frida Kahlo, las pinturas", de Hayden Herrera
Canción: "Paloma Negra", con Chavela Vargas

Ego...

En éstos últimos días me he dado cuenta que más que cualquier otro sentimiento, el ego es el que más mueve los hilos en nuestras vidas, es el que rige nuestros actos sin que nos demos cuenta. Y es tan silencioso este sentimiento, tan astuto, que se hace pasar por amor, por tristeza, por nostalgia, por necesidad, por obsesión... pero al final, es simplemente ego, un ego herido y moribundo, luchando por salir a flote. Yo lo noté en el momento en que, después de varias semanas de vivir en una absoluta felicidad conmigo misma y mis delirios, se me atravezó el destino en forma de una foto que no quería ver, en donde mi ex novio aparecia abrazando a cierta mujer que en algun momento formó parte de nuestro triangulo amoroso y que al parecer ahora ya ha vuelto a rondar su existencia. Fue hasta que vi la fotografía que el mundo armonioso y contento que estaba forjando se me cayó y me volvi una piltrafa de emociones. La primer emoción, obvio, la ira, el enojo, el coraje de pensar que él ya esta rehaciendo su vida lejos de mi y precisamente con ella. El siguiente, la necesidad de no ser la que se ha quedado sola en este duelo, de también tener a alguien a mi lado, el que fuera... así que llame a aquel personaje que siempre se ha dedicado a llenar mis noches solitarias cuando las he tenido y le jure amor eterno, amor eterno... y dos minutos después de decir esto, me lo creí. Olvidé a mi ex y a la otra y me enfoqué en el que tenía enfrente, una mezcla de Ricky Martin y Alejandro Fernandez región 4, pero lo bastante aceptable como para robar suspiros por donde abra su sonrisa, me enfoqué en sus promesas vacías y en sus palabras al viento y me la creí. El ego disfrazado de todo. "Yo puedo tener a alguien mejor que tú" decía el Ego, "Yo te amo, no se que me ha pasado, pero me he dado cuenta que me he enamorado de ti", decía yo... hablando por mi ego disfrazado. Al final, no es amor, no es necesidad, no es dolor, no es ira... es ego. No es el dolor de que te hayan dejado, sino el ego herido de que dejaron por alguien a quien tu consideras inferior a ti o por lo menos distinto a ti, cuando uno se piensa siempre la mejor opción en la vida del otro. Si alguna vez pudieramos ganarle la batalla al ego seríamos mucho más poderosos y por lo tanto, más sabios. En este round, Ego: 1 - Yo: 0


Para estos días:

"Todas contra John"; Un chick flick palomero que habla precisamente de tres egos adolescentes heridos.
Música: "Nada personal", Soda Stereo... Ceratii y su voz sexy me hace pensar en tantas cosas...